Por Rab. Lic. Sarina Vitas
¿REZO, DIPLOMACIA O LUCHA?
Adaptado por Rab. Lic. Sarina Vitas, comentario del Rab. Tuvia Krawchik
Ante la amenaza del enemigo, ¿qué hay que hacer? Hay quien dice que hay que rezar, y
todo saldrá bien. Otra corriente, dice que hay que luchar, pues la única solución es la
militar, y otros son los que argumentan que exclusivamente medios diplomáticos, como
el diálogo, las cumbres y los acuerdos de paz (que para el enemigo a veces no son más
que una fase de su estrategia de guerra), son los que traerán la solución.
Nuestro patriarca, Iaacob se encuentra ante una inminente amenaza (estaba por
encontrarse con Esav), ¿qué fue lo que hizo?: “Se preparó así mismo en tres cosas: En
regalos (diplomacia), en tefilá (rezo) y en guerra (estrategia militar)”.
En regalos, como está escrito «Y pasó (y le envió) la dádiva ante él»; para reconciliarse
con Esav. En tefilá, «Dios de mi padre Abraham…sálvame por favor de la mano de mi
hermano, de la mano de Esav…».Y para la guerra, «y será el campamento que quede se
salvará…»
Se necesitan las tres cosas: Rezar para que todo salga bien, buscar la paz por medios
diplomáticos, y de no ser posible, tener siempre lista la opción militar (Los términos en
hebreo son: Tefilá, Dorón vemiljamá).
Dice el Rambán en su introducción a la Parashá: «…lo que le ocurrió a nuestro patriarca
Iaacob con Esav su hermano nos puede ocurrir, (…) y es apropiado para nosotros imitar
las acciones de Iaacob y prepararnos en las tres cosas que él se preparó.»
Tengamos en cuenta los tres ingredientes para la paz, los cuales usó Iaacob y le
funcionaron. Así también nosotros podemos contribuir. Recemos para que haya paz en
nuestras sociedades, países y humanidad; que Dios bendiga y proteja a las personas que
dan su vida para salvar la de otras, como soldados, policías y agentes de seguridad, y
que haga llegar a los líderes y a los pueblos a una paz verdadera.
Como dice el sabio pasuk de Mishléi (Proverbios 16:7): «Al estar complacido Dios de
los caminos del hombre, también sus enemigos harán la paz con él.»
Shabat Shalom