Comunidad Bet Hilel

Parashat Jaiei Sará

Tenerlo todo

Prof. Myriam Laufer, directora de Ofakim

Curiosamente esta Parashá que se llama “La vida de Sará”, comienza relatando la muerte de nuestra primera matriarca a los cien años y veinte años y siete años. ¿Por qué no dice simplemente ciento veintisiete años? Rashi opina que esto se entiende como que Sará a la edad de cien años era tan hermosa como a los veinte, y tan pura en su espiritualidad y moral como a los siete. Quiere decir que ella vivió las tres etapas de su vida – niñez, adultez y vejez – sin contradicciones y en armonía.

Luego de llorar a su mujer, Abraham compra la cueva de Majpelá, en Hebrón, para enterrarla allí como testimonio de su amor por ella. En esta cueva serán enterrados tiempo más tarde él mismo, su hijo y su nieto junto a sus respectivas esposas.

Ante la pérdida de un ser querido nos encontramos con diferentes sensaciones: la tristeza por su partida, pero también la alegría y el agradecimiento por los recuerdos y momentos compartidos, que nos permiten reconectarnos con nuestra propia vida. Así, y a pesar de este comienzo desgarrador, la continuidad y el amor serán la línea que guíe nuestra lectura.

“Y Abraham era anciano, entrado en días; y el Eterno había bendecido a Abraham en todo”. Cabe preguntarse a qué se refiere la Torá al mencionar que D´s había bendecido a Abraham en todo. El exégeta Rashi opina que “En todo” (bekol) tiene el mismo valor numérico que “hijo” (ben). A él no le faltaba nada, sólo poder ver que sus hijos hereden su dignidad y su respeto. Por esta razón, tiempo después de despedirse de su amada Sará, Abraham, ya anciano, comprende que la vida continúa en su propio hijo, en Itzjak. Ahora es él, quien, como padre debe asegurar el futuro de las generaciones venideras y emprende la búsqueda de una esposa para su hijo.

Rivka, mujer bondadosa y hospitalaria, al igual que lo fue Sará, es la elegida para llenar la casa con su luz y con amor. Itzjak se casa con Rivka, la ama, y es reconfortado por la pérdida de su madre, dando comienzo a una nueva generación.

Hacia el final de la Parashá se nos relata la muerte de Abraham a los 175 años y que es enterrado al lado de Sará, por sus dos hijos mayores, Itzjak e Ishmael, que se reencuentran para honrarlo a pesar de rivalidades previas, demostrando que realmente D´s había bendecido a Abraham en todo.

Si te preguntara a vos, ¿con qué fuiste bendecido a lo largo de tu vida? ¿Cuál es “tu todo”? ¿Qué es lo primero en lo que pensarías? ¿Salud, un techo, comida en la mesa, tu familia, tus amigos, un buen trabajo, tu comunidad? ¿Qué te gustaría agradecer hoy? ¡Estamos terminando Sucot, buen momento para reconocer aquello con lo que fuiste bendecido!

¡Shabat Shalom!

× Chat Online | 24hs