Comunidad Bet Hilel

Parashat Emor

Hace unos dos mil años, un trágico suceso cambió para siempre nuestra tradición: la destrucción del 2° Templo de Jerusalén, del Beit Hamikdash.

El Pueblo Judío se enfrentó a una enorme crisis. Tuvimos que adaptar todo el ritual a la nueva realidad, nuestros batei kneset y batei midrash (sinagogas y casas de estudio), pasaron a ser un “mikdash Meat”, un pequeño santuario. Nos adaptamos, nos acostumbramos, y hoy nos sería difícil imaginar las ceremonias rituales con sacrificios de animales (korbanot), realizadas por los cohanim (sacerdotes) en lugar de nuestras tefilot.

Parashat Emor se llama Torat HaCohanim, la Torá de los sacerdotes, porque les instruye en cuestiones de “Kedushá” (santidad) y “Tahará” (pureza ritual).

El texto es tan rico y variado que es difícil elegir un tópico para tratar.

A lo largo de los capítulos de esta sección de la Torá (Levítico 21 a 24), se repite una y otra vez la palabra kadosh: que también significa especial y pleno de sentido. De las 349 veces que este concepto aparece en la Torá en sus diferentes acepciones: kodesh, kedushá, lekadesh, etc. cincuenta aparecen en esta parashá.

Se tratan las directivas impartidas a los sacerdotes respecto de los sacrificios y las características de las ofrendas, la propia pureza de los sacerdotes y las prohibiciones al respecto; también regula los castigos por maledicencia, en esta parte figura el “ojo por ojo y diente por diente” y la pena para quien blasfema a D´s, en un triste y poco claro párrafo acerca de la discriminación.

También se exigía que la selección de las ofrendas debía ser de lo mejor de cada especie: el mensaje es no ser mezquino con lo que se entrega.

En esta parashá se mencionan la fiestas que marcan el calendario y los preceptos de cómo celebrar cada una de ellas: de peregrinación (Pesaj, Shavuot y Sucot); Rosh Hashaná y Iom Kipur.

En medio del recuento de las Fiestas, la Torá trae a colación una mitzvá que pareciera estar fuera de contexto: …”y en la época de la cosecha, no segarás hasta el límite extremo del campo, ni recogerás las espigas sobrantes. Dejarás todo eso para el pobre, y el forastero. Lo ordeno Yo, el Eterno, vuestro D´s” (Levítico 23:22).

Esta mitzvá ya aparecía en la parashá anterior.

¿Qué hace entonces esta mitzvá en el medio de las fiestas?

Rashi cita un midrash en el cual se enseña que quien cumple con las mitzvot arriba mencionadas teniendo en cuenta al pobre y al necesitado, es como si hubiera reconstruido el Beit Hamikdash y hubiese ofrecido sacrificios en él.

La analogía puede parecernos exagerada, sin embargo el mensaje es potente. ¿Quieren construír el Beit Hamikdash?, empiecen por los más necesitados, por quienes están pidiendo ayuda, o incluso por los que no la están pidiendo pero la necesitan.

Parashat Emor ordena a los cohanim a que traigan doce panes al Templo cada Shabat y que los exhiban en dos pilas de seis, como un compromiso eterno con D´s. (Lejem Panim) (Levítico 24:6). Las jalot de hoy evocan el recuerdo de este ritual. Se explica que los cohanim comían estos panes al final de la semana, pasado ese Shabat, ”ante la presencia divina”. Una traducción aramea del Siglo II relaciona “lejem panim” con ”bifnim”, como una introspección dentro del tabernáculo, en un acto donde lo material se unía con lo espiritual.

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Como en tantas ocasiones, recordamos que la tradición judía santifica momentos, más que lugares.

El desafío es consagrar el tiempo…

”Y contarán siete semanas…” (Levítico 23:15-16) 49 días, desde Pesaj a Shavuot (día 50).

Estamos transitando el día 33 de la sefirá… Lag Baomer (33 de la cuenta del Omer).

Se hablaba del fin de una epidemia entre los alumnos de Rabí Akiva. Epidemia tal vez física por una plaga, según algunos, o tal vez espiritual por falta de tolerancia y respeto entre sí, de 12.000 pares de sus alumnos para otros.

El día 33 cesó la desgracia. Y continuó la cuenta ascendente hacia el día de la rememoración de la entrega de la Torá.

Cuenta que debe ser progresiva, ascendente y no regresiva.

Que tenga sentido vivir. Que nos cuidemos y cuidemos al otro.

Las epidemias se repitieron a lo largo de la historia de la humanidad.

En este momento de pandemia, tan difícil y especial, privilegiemos la vida, el respeto y la introspección, cuidándonos y cuidando al otro, dando lo mejor de nosotros, cumpliendo los mandatos y las normas éticas.

Dice Bradley Artson: ”Piensa en la Torá como en una montaña: Génesis y Deuteronomio la base, Éxodo y Números el segundo nivel y Levítico la cumbre. La cumbre del Sinaí parece ser la ética, como los profetas mismos lo enfatizan. Los rituales importan porque generan seriedad ética; crean una pedagogía del bien y una agenda de inclusión agradecida. Nuestras creencias toman vida a través de nuestros actos”.

¿Cuáles textos cortos existen sobre los cuales todos los principios esenciales de la Torá dependen?

En todos tus caminos reconoce a D´s.”(Proverbios 3:6)

“Se te ha dicho, oh hombre, qué es bueno y qué requiere de ti el Eterno: hacer justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu D´s.” Miqueas 6:8

Shabat Shalom!

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