Comunidad Bet Hilel

Parashat Devarim

Por Rab Ioni Shalom

¡Si te olvidare Jerusalem, que se olvide mi diestra!
¡Mi lengua se me pegue al paladar si de ti no me acordare,
si no elevo a Jerusalem a la cima de mi alegría!
Salmos 137: 5-6

Tishá BeAv… Nombre conocido, si los hay
Sentido confundido, calamidad…
Tinieblas desconocidas tiñendo la vida judía,
sentidos ambiguos, tristeza tardía…

Una fecha que revoca los eventos más tristes del Pueblo Judío. Una fecha donde se concentran (tal vez hasta por amor a la vida) desgracias históricas, preguntas retóricas.
Tishá BeAv es uno de los días más tristes para el Pueblo Judío. Es incluso el único día de ayuno, entre sus pares, que comparte sus restricciones junto con las de Iom Kipur. Lavarse, untarse, comer, beber, calzarse con cuero, etc. son prohibiciones de este día de luto para el Pueblo Judío.
El ayuno llama a despertar y desperezar nuestros corazones invadidos por el día a día, olvidados del pasado, pero llenos de melancolía.
Cuenta nuestra tradición que ocurrieron cinco acontecimientos de inigualable tristeza para el Pueblo Judío, donde puntos de inflexión marcaron la vida de nuestros antepasados, repitiéndose hoy los errores por acción, omisión o desconocimiento.

  1. Cuando el Pueblo de Israel estuvo a punto de entrar a la Tierra de Israel, Dios decidió permitir a Moshé que enviara para su conocimiento (según Rashi) espías para investigar la Tierra (la cual ya había sido certificada en garantía por Dios). 10 de los 12 espías dieron un informe negativo acerca del destino que los esperaba y el pueblo se sublevó contra Moshé. Fue decretado que vagaría por el desierto y no entrarían a la Tierra sino después de 40 años de travesía.
  2. Nabucodonosor, rey Babilónico, destruyó el Primer Templo de Jerusalem en el año 586 a.e.c., poniendo fin a la autonomía judía y convirtiendo en ruinas nuestro centro espiritual.
  3. Luego de la reconstrucción del Templo, Tito en el año 68 d.e.c. se dispuso a destruir nuevamente el Segundo Templo de Jerusalem.
  4. La fortaleza de Betar, cuna de la defensa Judía, cayó en el año 135 d.e.c.. Bar Kojbá, líder de la defensa Judía, fue derrotado y sus partidarios fueron masacrados.
  5. Finalmente en el mismo año, fue sitiada la ciudad de Jerusalem.

Casualidad o causalidad, algunos adjudican a esta fecha otros eventos de suma trascendencia como ser: la expulsión de los judíos de Inglaterra en 1290 por el Rey Eduardo I, la expulsión o conversión a la fuerza de 300.000 judíos tras la Inquisición (1492), los inicios de la Primera Guerra Mundial (1914) tras el asesinato del heredero del trono austriaco (el Archiduque Francisco Fernando), entre otros…
Una fecha linkeada con la vida Judía, con Israel y Jerusalem, centro vital para el Pueblo.

Destrucciones, sitios, llamas, dolor, clamor… Una Jerusalem invadida por sentimientos ambiguos…

Una AMIA que llama, desde un 10 de Av de 1994, a una reevaluación de nosotros mismos, del terrorismo y de nuestra realidad…

Otro ejemplo más de los golpes contra el Pueblo.
Causalidad del hombre… Maquinismo humano… Esperanza…

Que comparen a Jerusalem con una viuda, que perdió a su marido… una mujer que ha quedado sola, cuyo marido a partido a un largo viaje, pero que volverá… (Eijá Rabá 1)

Para que finalmente podamos volver a nuestro estado Jerusalémico, y retornar definitivamente a un episodio de Paz… Sin atentados, sin guerras, sin sangre en nuestras mentes…

Porque sea donde sea, y fuere cuando fuere, llevaremos a Israel en nuestros corazones, latiendo, latiendo… latiendo…

“Ya no se encantarán mis ojos en tus ojos,
Ya no se endulzará junto a ti mi dolor.
Pero hacia donde vaya llevaré tu mirada
Y hacia donde camines llevarás mi dolor”
-Farewell, Palbo Neruda-

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