Comunidad Bet Hilel

Parashá Vaielej

Por Dylan Hersalis
Es la hora de partir para Moshé. Ese líder, ese manig del pueblo judío, que llevó a los hijos
de Israel de ser entes separados a ser un pueblo. Que enfrentó decenas de revueltas, de
enfrentamientos, de cuestionamientos y se mantuvo impoluto.
Fue Moshé, y habló las palabras estas a todo Israel. Les dijo a ellos: De edad de ciento
veinte años soy yo el día de hoy, no puedo más salir ni venir (Debarim – Deuteronomio
31:1-2).
Es sabido desde que somos chicos, que Moshé no llega a entrar a la tierra de Israel.
Simbólicamente, leer esta parashá entre medio de Rosh Hashaná y Iom Kipur, en el Shabat
Shuva donde estamos en las instancias finales del arrepentimiento, nos hace pensar y
reflexionar sobre la implicancia de nuestras acciones.
Hay una interpretación de Rabi Najman de Breslav, que plantea que sus palabras no solo
refieren al carácter físico de moverse, “salir y venir”, sino a darse cuenta que no puede
acceder a más subiduria, que se cerró la fuente. No podía acceder a más conocimiento de
D-s.
Retomandolo en el Siglo XXI, es atinado señalar que los nuevos paradigmas están de
acuerdo con Moshé. “Estudiar para toda la vida” rezan algunos gurús tecnológicos. Ya no
basta con tener un título universitario para relajarse. El ser humano, para poder aggiornarse
y poder crecer personal y profesionalmente necesita estar en constante absorción de
conocimiento.
El judaísmo lo tuvo siempre en claro eso y nos desafía en interpretación tras interpretación,
Shabat tras Shabat a continuar aprendiendo. No existe el nivel de conocimiento absoluto
que nos asemeje a D-s.
En este Shabat, donde renovamos las energías y comenzamos un año nuevo, los invito a
ponerse desafíos, a empezar un curso nuevo, a leer un libro por mes o lo que ustedes
consideren. Pero nunca quedarse estáticos.

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