Comunidad Bet Hilel

Parasha Pekudei

Por Dylan Hersalis

En estas dos últimas parashot de Shmot, se construye y establece el santuario, el mishkan,
que Dios ordenó.
Moshé contó las donaciones él mismo y fue muy transparente en el detalle. Una tarea ardua
y que puede levantar sus sospechas, fue llevada de manera magistral por el “primer
fundraiser” del pueblo judío.
Cuando termina, Moshe bendice a todo am Israel pero la torá no dice lo qué pronunció. Los
sabios, sugieren que su bendición fue: “Sea la voluntad de Dios que la presencia divina
repose en vuestras manos”
Esto le quita todo el peso material al Mishkan en sí, dando a entender que Dios no reside
ahí, sino que en lo que las manos de los hombres y mujeres, en lo que hacen, en sus
experiencias personales pueden encontrar la shejiná, la presencia divina.
Cuando el Beit Hamikdash fue destruido en un 9 de Av y el pueblo vió el fuego que cayó del
cielo. Se pensó que Dios mismo quería que el Templo se queme y se destruyera. El Beit
Hamikdash era donde se manifestaba Su presencia en el mundo físico.
Los derrumbes son nuevos comienzos, las caídas son levantarse de nuevo y las derrotas
son futuras victorias. Somos un pueblo pujante con “Dios en nuestras nuestras manos lo
lleven”.
Nuestra vida kadosh vive adentro y afuera del templo. En nuestras actividades, en nuestros
jovenes y adultos mayores y en cada una de nuestras acciones.
Shabat Shalom!

× Chat Online | 24hs