Comunidad Bet Hilel

Vaietze – 5777

Iaakov salió de Beer Sheva  hacia Jarán y de acuerdo al texto se golpeó o lesionó (vaifgá   ויפגע) en el lugar. Este verbo “vaifgá” es complejo.

De acuerdo a una lectura simple y de ahí las traducciones, se refiere a: llegó a un lugar y allí se acostó y durmió.

Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar”. Génesis 28: 11

Sin embargo el talmud pregunta cuál es el significado de “vaifgá” cuyo  gerundio es פגיעה peguiá –lesión. Y establece que el término se refiere a Tefilá (plegaria) presentando  la idea de Rabi Iosei ben Janina: “las plegarias fueron establecidas por los patriarcas”.

Es decir, los tres patriarcas: Abraham, Itzjak y Iaakov, instituyeron las plegarias que hoy rezamos todos los días. Abraham la de la mañana (shajarit), Itzjak la de la tarde (minjá) y Iaakov la de la noche (arvit).

Como prueba para este argumento Rabi Iosei trae varios versículos que apoyan su idea. Tres de ellos del libro de Génesis.

Y subió Abraham por la mañana al lugar donde había estado parado delante de Adonai”. Génesis 19: 27- Estuvo parado en situación de Tefilá-

Y había salido Isaac a dialogar al campo, a la hora de la tarde; y alzando sus ojos miró, y he aquí los camellos que venían. Génisis 24: 63- Y el diálogo es Tefilá-

Y llegó (se golpeó- vaifgá) a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto”. Génesis 28: 11—Peguiá (lesión- golpe) es Tefilá-

Un autor ve en esta explicación, en cada uno de los momentos establecidos para la plegaria y en la historia particular de cada uno de los patriarcas los momentos emocionales y anímicos que atravesamos las personas.

Todos atravesamos diferentes momentos en nuestras vidas.

Épocas de “shajarit”, tiempo de brillo y avance, dinamismo e iniciativa, renovación. Como Abraham, saliendo de un entorno idolatra, comenzando desde cero y superando todas las pruebas. Un exitoso.  Y nos enseñó a agradecer  y rezar por el éxito y la prosperidad.

Hay épocas de “minjá” que comienza al mediodía, cuando brilla el sol e ilumina nuestro rostro. Cuando sentimos calor como Itzjak que fue tan esperado y creció en un ambiente de calor espiritual. Jamás vivió el exilio ni una vida con tantos desafíos. Una vida tranquila y mesurada bastante rutinaria. También enseñó que cuando hay tranquilidad y estabilidad hay que rezar y agradecer a Dios.

Tiempo de “arvit” se refiere al ocaso, cuando el crepúsculo, la oscuridad y el fin nos circundan.

Iaakov a diferencia de su padre y de su abuelo, pasó momentos plagados de dolor, problemas y dificultades. La amenaza de muerte de su hermano Esav, los engaños de su suegro Labán, la muerte de su amada Rajel y la desaparición de Iosef durante veintidós años.

El nos ensenó que también en situaciones de angustia y congoja, no hay que perder la esperanza y la ilusión y continuar rezando al Creador.

Shabat Shalom uMevoraj!

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