Itzjak recibió a Rivká con la expectativa de encontrar en ella una mujer capaz de continuar con la herencia de su madre.
Esta idea se desprende de la interpretación rabínica sobre el versículo:
“Y la trajo Isaac a la tienda de su madre Sara, y tomó a Rebeca por mujer, y la amó; y se consoló Isaac después de la muerte de su madre”. Génesis 24:67
Sará aportó a Rivka y a la humanidad un modelo de vida. La muestra que es posible comenzar de nuevo a una edad avanzada y que no debemos temer a la vejez.
Que hay un proyecto más allá del bienestar económico y es posible aceptar los desafíos aun gozando de bienestar y estabilidad.
Sará murió en en Kiriat Arba, cerca de Jebrón, al sur de Jerusalem. Y esta parashá que lleva su nombre, comienza con la palabra “vida” aunque se relata sobre su muerte.
“Fue la vida de Sara ciento veintisiete años; tantos fueron los años de la vida de Sara. Y murió Sara en Kuiriat-arba, que es Hebrón, en la tierra de Canaán; y vino Abraham a hacer duelo por Sara, y a llorarl”. Génesis 23:1-2
Abraham estableció un lugar para enterrar a Sará y así a los muertos de la familia; y de este modo comenzó el derecho a la propiedad en la tierra prometida.
Los sabios del midrash dicen que el lugar tenía cuatro nombres: Eshcol, Mamré, Kiriat Arba y Jebrón. Pero en este caso al mencionar la muerte de Sará el texto menciona solo dos: Kiriat Arba y Jebrón.
El autor del “kli Iakar” analiza los nombres del lugar y la razón de la mención de dos y explica porque la Torá elige Kiriat Arba y Jebrón.
Mamré insinúa la persona que muere por una transgresión, por haber sido rebelde.
“Rebeldes habéis sido a Jehová desde el día que yo os conozco”. Deuteronomio 9:24
Eshcol sugiere la muerte por las transgresiones de su generación. En base a la expresión de Rivká: ¿Por qué seré privada de vosotros ambos en un día? Génesis 27: 45
Kiriat Arba indica la muerte natural, al desprenderse los cuatro elementos básicos de una pequeña estructura: fuego, agua, aire y tierra.
Jebrón muestra la muerte del justo cuya alma se une al Creador.
Kiriat Arba y Jebrón aluden a la grandeza de la matriarca Sará. Una muerte natural después de una vida intensa, colmada en años; y el privilegio de que su alma se haya unido al Creador.
Sará nos legó un gran ejemplo: la capacidad de dar sentido a nuestra vida, tener esperanza en el futuro, aun en momentos de vulnerabilidad y desesperación.
Ser resistentes y luchar para sobrevivir.
Shabat Shalom uMevoraj!