Comunidad Bet Hilel

PARASHAT BEHAR 

Una sociedad más justa es posible

Prof. Myriam Laufer – Directora de Ofakim



Ya estamos terminando la lectura del libro Vaikrá, Levítico, tercer libro de la Torá, el cual nos instruye acerca del cuidado de la tierra y sobre las normas éticas que debemos observar en la relación con nuestros hermanos. 

En esta Parashá la Torá remarca la importancia del cumplimiento de las leyes entregadas por D´s a Moshé y al Pueblo de Israel en el Har Sinai. Se realiza una detallada mención de aquellas leyes concernientes al Año sabático (Shemitá) y al Jubileo (iovel), que además tienen como finalidad evitar que el ser humano se sumerja en el materialismo cotidiano. 

A lo largo de los tiempos, la tendencia del ser humano fue trabajar para acopiar bienes materiales. En este sentido la Torá alentará el trabajo del hombre, siempre y cuando no se convierta en esclavo del mismo y no sojuzgue a los miembros más débiles de la sociedad por medio de la opresión económica. Así está expresado en la Torá «…y será el producto de la tierra en el año de descanso, para vosotros, para comer: para ti, para tu siervo y para tu sierva, y para tu asalariado, y para tu residente, los que moran contigo…» para cada uno de los integrantes de la sociedad, de igual manera, buscando equiparar a todos por igual. 

La Torá postula que la tierra pertenece a D’s, que nosotros somos una suerte de «inquilinos» en este mundo, que nuestro semejante tiene derecho también a la vida y al bienestar al igual que nosotros, y por último que los bienes materiales son sólo un medio para conseguir un fin: la felicidad. Es nuestra responsabilidad cuidar que el medio no se convierta en fin, ya que de lo contrario nos volveremos esclavos de nuestros apetitos económicos y de nuestro egoísmo, olvidando a quienes nos necesitan. 

TZEDAKÁ no es «misericordia», sino Justicia. De aquí (de tzedek, Justicia) deriva el concepto Tzedaká (Justicia social) «dar a cada uno lo que le corresponde», es una elevación personal. Es la restitución del derecho de un semejante a vivir con dignidad. Es una Mitzvá (Precepto) a través de la cual se adquiere mérito, felicidad y paz espiritual. Es ésta la sociedad donde el ser humano no deberá trabajar sin descanso, donde la esperanza no abandonará al esclavo, y aún la tierra y el animal de carga tendrán su día de descanso. Una sociedad donde la miseria sea el imposible, donde los valores éticos y morales sean nuestra misión, al elevarlos por encima de los valores materiales. 

Cada viernes a la mañana, Rab Leibale de Vilna, el hijo de Rab Ber, se paraba en la puerta de su casa. Cuando veía pasar a una persona que parecía angustiada porque le faltaba dinero para sus necesidades de Shabat, Rab Leibale lo paraba y le decía, «por favor, ayudame con mi trabajo». 

Toda la mañana esta persona ayudaba a Rab Leibale. Al mediodía Rab Leibale le pagaba bien a su «trabajador» y le recomendaba ir y preparar bien las cosas para Shabat.

A través de nuestra historia, el Pueblo judío, aún en las peores condiciones de sufrimiento y de persecución, ha desarrollado en su seno instituciones sólidas de ayuda mutua y de asistencia total para aquellas personas carentes de los medios apropiados para vivir con dignidad. Desde este punto de vista se entiende que quien ayuda al otro, se está ayudando a sí mismo. Solidaridad social es lo que la Torá nos reclama para vivir mejor y en armonía. 

El mal, según el judaísmo, depende del hombre, y en sus manos y su poder está el extirparlo. Y este es también su deber. Es por ello, que la ley se inmiscuye aún en los asuntos más íntimos y privados para evitar el peor mal social, la indiferencia.

En este Shabat te propongo acercarte a nuestra Comunidad con las manos abiertas y el corazón dispuesto para ayudar a nuestros hermanos que nos necesitan.

¡Shabat Shalom!

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