Comunidad Bet Hilel

Parashat Behaalotjá

¿Quién nunca ha deseado más de lo que tiene?

El Pueblo de Israel, ya habiéndose liberado de la esclavitud, esa que tanto sufrimiento había provocado, no disfrutaba el Maná con gusto a carne que recibía; por el contrario, deseaba y anhelaba comer carne de verdad. Y eso le manifestaron a Moshé.

El pueblo habla de “el pescado que recibíamos gratis en Egipto”.

¿Comida gratis en Egipto? ¿Ese mismo Egipto que conocemos por esclavizar y maltratar a nuestro pueblo? ¿Ese que hoy recordamos año a año como si hubiésemos estado allí?

En este punto, Moshé se quejó con Dios: “¿De dónde voy a sacar carne en el desierto para toda esta nación?”

Por supuesto, Dios no iba a hacer un milagro sólo porque el pueblo tenía ganas de comer carne en la cena.

A pesar de eso, Moshé siente que necesita ayuda: “¿Acaso di yo a luz a esta nación que debo cargarlos como una madre a su bebé?”.

La respuesta implícita es “¡Sí, Moshé! ¡Esa es la misión de un líder judío – llevar a la nación con el cariño y preocupación de una madre!”.

Volviendo al comienzo; ¿quién nunca ha deseado más de lo que tiene? El que esté libre de pecados, que tire la primera piedra, ¿no?

¿Cuántas veces nos imaginamos en un lugar mejor, incluso recientemente liberados de algo que nos esclavizaba? Como si eso no fuera suficiente.

¿En cuántas oportunidades deseamos los mejores y más lindos regalos, trabajos, comidas o ropas?

Y ahora nos pregunto ¿cuántas otras dedicamos tiempo, en lugar de lo anterior, a valorar y ser felices con eso que tenemos?

Cuando creemos que tenemos todo lo que necesitamos inventamos una necesidad nueva para saciar nuestros deseos.

En este mundo, que constantemente nos compara y presiona a tener lo mejor y más rápido, ¿por qué no hacer la diferencia y reconocer todo eso que sí tenemos y que nos hace felices?

Shabat Shalom

Leila Galante

Directora del Departamento de Juventud

× Chat Online | 24hs