Comunidad Bet Hilel

Parashá  Ki Tetzé

Por Daniel M. Tenenbaum
Esta parashá incluye una gran cantidad de mitzvot, que abarcan muchísimos aspectos de la vida diaria de cualquier comunidad. También aparecen mitzvot específicas en relación a otros pueblos. Para ilustrar la amplitud de temas mencionados, haremos un listado arbitrario de algunos:- Si se ve un animal de otra persona, perdido, habrá que devolverlo a su dueño, no desentenderse. Lo mismo para objetos de otras personas: devolverlos, o guardarlos hasta que venga su dueño.- Obligación de poner barandas en las azoteas (no sea cosa de que alguien se caiga).- No vestir prendas de lana y lino (shaatnez).- En caso de que un hombre viole a una mujer comprometida, qué atenuantes o agravantes tienen.- Descendientes de Moab y Amón, no pueden ingresar al pueblo de Israel.- No repudiar a descendientes de Edom y Egipto.- Levirato: Iebum y Jalitzá.- No deben ser castigados los hijos por las faltas de sus padres, ni tampoco los padres castigados por las faltas de sus hijos.- No engañar con los pesos y medidas al comprar y vender.- Cómo disponer de las heces, fuera del campamento de Israel.Hay bastantes más leyes en esta parashá, y como vemos cubren temas muy diferentes entre sí. Podemos preguntar: qué tienen en común todas estas mitzvot, para estar juntas?Podemos decir que el pensamiento rector del judaísmo es lograr una vida en sociedad que sea armónica, que eleve la dignidad humana y el respeto por todos los seres humanos por sobre otras consideraciones. No alcanza con la espiritualidad, que obviamente es otro de los principios fundamentales, en cuanto a que nos distingue a las personas del resto de la Creación y nos hace casi como ángeles. Es fundamental que cada persona dedique sus dias a construir: su casa, su familia, su comunidad. Y eso se concreta con actos que deben ser justos, con sensibilidad y empatía respecto de las otras personas que conforman la sociedad.Veamos la ley de Iebúm y Jalitzá: si un hombre casado muere sin tener al menos un hijo, un hermano del muerto, o algún otro pariente, debe casarse con la viuda, y el primer hijo que engendre será considerado hijo del fallecido. Veamos un caso: Jaim se casa con Sara, y muere sin hijos. Moshé, hermano de Jaim, debe casarse con Sara; supongamos que nace su primer hijo, que se llamará Iosef, será conocido en la comunidad como Iosef ben Jaim. Podemos con razón preguntar: por qué aceptar algo tan descabellado, como que un fallecido engendre un hijo? Una posible respuesta es que el judaismo bíblico siente como fundamental la necesidad de que la vida trascienda los límites impuestos por la muerte. En ese pensamiento, tener hijos constituye la forma de vencer la muerte. Y por eso, para evitar el horror que inspira que una persona muera sin descendencia, admitimos el levirato como mejor solución. (Basado en la enseñanza del rab Felipe Yafé).Hay otras parashiot en la Torá con acumulación de mitzvot. Cuando las leemos, nos pasa como con Ki Tetzé: qué bueno sería que las personas se conduzcan en su vida diaria cumpliendo estas leyes concretas, más allá de su espiritualidad, su devoción a D’s, sus ideales y su estudio…Ojalá que en estas últimas semanas antes de Rosh Hashaná podamos construir un mundo más justo, más solidario, con más cuidado en las pequeñas cosas de todos los dias que son las que afectan a las personas que tenemos cerca, tanto para bien o para mal. Que las enseñanzas de la Torá se hagan parte nuestra y vivamos de acuerdo a su sentido más profundo: construir cada día un mundo mejor.

Shabat shalom.

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