Comunidad Bet Hilel

Ki Tetzé – 5777

“Si hay una discusión entre dos personas y se presentan ante el tribunal, éstos absolverán al justo y condenarán al culpable” Devarim 25:1

Parece demasiado simple.

Nos explica el rabino Mordejai Edery Z”L, que toda diferencia o desavenencia entre las personas deberá dirimirse ante una instancia judicial reconocida, la que deberá actuar con equidad y fallar absolviendo al probo y condenado al culpable. A eso, nos dice, es a lo que se refiere la Torá cuando prohíbe la tergiversación de los juicios.

Ni más ni menos, la Torá sienta las bases de un estado de derecho, en donde la justicia cumple un rol fundamental.

Ya en la Mishná, Iehuda ben Tabai nos enseña:

“No te erijas en consejero de los litigantes. Mientras los litigantes están en tu presencia trátalos a ambos como si fuesen culpables; pero cuando abandonen el tribunal trátalos como absueltos, de momento que acataron tu veredicto” (Pirkei Avot 1:8)

Aquí, nuestros sabios dan un paso más en la construcción de una sociedad en la cual los jueces deben no solo ser imparciales, sino equitativos, rectos y valga la redundancia, justos. Por eso, insta al juez a mantener la distancia necesaria con los imputados y no adelantar, bajo ninguna circunstancia, cual será su veredicto a ninguna de las partes, cuando dice “no te erijas en consejero de los litigantes”.

Al enfatizar que el juez debe “tratar a las partes como si los dos fuesen culpables”, la mishná busca que el juez investigue todas las hipótesis posibles para lograr llegar a la verdad e impartir, verdaderamente, justicia.

Finalmente, nos enseña Iehuda ben Tabai, cuando ya has impartido justicia y las partes acataron tu veredicto, olvida el asunto, y trata benévolamente a los dos.

Más allá de los comentarios que podríamos hacer sobre el actuar de la justicia en nuestro país, y cuan distante estamos en la mayoría de los casos de estos presupuestos aparentemente básicos, quisiera contextualizar este análisis con el mes de Elul en el cual nos encontramos.

En este sentido, ya no nos referimos a un estado de derecho y su relación con la justicia, sino que hacemos alusión a que todos nosotros pasamos a ser juzgados por D”S por cada una de nuestras acciones. Y allí, las cosas cambian.

Ya no somos meros espectadores de cómo la justicia actúa o no actúa, sino que nos convertimos en verdaderos protagonistas de nuestro propio destino.

Por eso comenzamos a escuchar los sonidos emotivos del shofar, para que sus notas agudas y conmovedoras nos ayuden a ir haciendo el balance necesario para organizar nuestra defensa.

Que seamos capaces de mantener nuestra visón crítica sobre el actuar de la justicia, también en esta hora, cuando los juzgados somos nosotros.

Que seamos capaces de observar lo realizado a lo largo de este año y reconocer nuestros aciertos y nuestros errores; que también, seamos capaces de aceptar el veredicto.

Que D”S, clemente y misericordioso, tras juzgarnos en este Rosh Hashaná que se aproxima, nos inscriba en los libros de la vida, la salud, la felicidad y en cada uno de los libros positivos.

Que D”S nos inspire para que cada día, podamos trabajar en la construcción de una sociedad más justa y equitativa.

Shabat Shalom Umevoraj!

Rabino Pablo Iugt

Asociación Israelita de Beneficencia

Kehilá Rosario

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