Comunidad Bet Hilel

Vaiejí – 5776

A pesar que «vaiejí» significa «y vivió» el tema de esta parashá es la muerte. En esta última sección del libro de génesis nos despedimos de Iaakov y también de Iosef.

Iaakov bendijo a todos sus hijos y les transmitió palabras aleccionadoras.

Asimismo le pidió a Iosef que el día de su muerte se ocupe de llevarlo a la tierra de Israel y enterrarlo allí en la cueva de Majpelá donde estaban sus antepasados.

Iaakov insistió a Iosef para que cumpla esta promesa, probablemente porque temía que Iosef no lo haga, tomando como ejemplo su comportamiento con Rajel. Ella murió en el camino cuando dio a luz a Biniamim y fue enterrada en Beit Lejm.

«En cuanto a mí, cuando vine de Padán, Raquel se me murió en la tierra de Canaán, en el camino, cuando faltaba todavía cierta distancia para llegar a Efrata, y la sepulté allí en el camino a Efrata, esto es Belén». Génesis 48, 7

Quizás Iaakov consideró que Iosef estaba enojado con él porque no había enterrado a su amada madre Rajel en la parcela familiar especial y honorable para la familia. Y posiblemente Iaakov temió que Iosef no se ocupe de concretar su pedido y por eso le hizo prometer cumplir su solicitud.

Probablemente Iaakov había enterrado a Rajel en el camino cerca de Beit Lejem para realizarlo lo más rápido posible como lo indica la ley judía.

Rajel había sido el amor de su vida y por ella se había quedado muchos años en Jaran formando con ella, su hermana Lea y las sirvientas una gran familia.

Seguramente su dolor fue muy grande y el duelo que guardo a continuación no le permitió pensar en la posibilidad de planificar su traslado a la cueva de Majpelá.

Sin duda es muy difícil cuando tenemos que pedir a nuestros hijos que logren hacer aquello que nosotros no pudimos realizar.

Muchas veces somos capaces de tapar ciertas acciones y hasta no hablar nunca sobre nuestra experiencia si nos puede mostrar vulnerables o exponer nuestras debilidades.

Este encomienda de Iaakov a su hijo Iosef fue muy valiente y sincera. Por un lado pudo reconocer lo que no alcanzo a plasmar y por otro pedir aquello que deseaba y era esencial para él.

También se ocupo de transmitirnos un valor bello y noble de nuestra tradición. La posibilidad de realizar «jesed shel emet», hacer el bien sin esperar nada a cambio. Cumplir con nuestra palabra cuando no están las personas para reconocerlo y darnos una retribución.

Además nos señaló a nosotros, sus descendientes, la importancia de ocuparnos de nuestros padres y conservar una sepultura judía.

Es por esto que muchos años más tarde antes de la liberación de los esclavos de Israel y el éxodo de Egipto, Moshé se ocupó de buscar los restos de Iosef para trasladarlos a Eretz Israel.

Shabat Shalom uMeboraj!

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