Comunidad Bet Hilel

Parashat Jukat

Por Rabino Rami Pavolotzky

La Mirada piadosa
En nuestra Parashá aparece el famoso episodio de Moshé y la roca:
el pueblo se queja amargamente ante su líder por la falta de agua, ante lo cual D’s le indica a Moshé y a Aharón que le hablen a una roca, y que de ella saldrá agua suficiente para todo el pueblo y sus animales. Moshé golpea la roca y reprende a la gente, pero aun así el agua fluye.
Finalmente D’s castiga a Moshé y Aharón prohibiéndoles entrar a la tierra de Israel.

Hay varios interrogantes que surgen de esta historia, pero quizás el más conocido y comentado de todos ellos es la razón por la cual Moshé es castigado. Comentaristas de todas las épocas y lugares se han asombrado por la sanción tan severa que recibe el más destacado de nuestros líderes, sobre todo teniendo en cuenta que el texto no revela un error excluyente y que en ningún momento explicita la causa del castigo. Esta es la razón por la cual los exegetas han intentado descubrir en el relato los errores que Moshé pudo haber tenido en su comportamiento. Es célebre el comentario de Itzjak Abarbanel, quien elabora una lista de diez errores que comentaristas anteriores a él habían señalado, para finalmente afirmar que todos ellos están equivocados y agregar un error más.

El sabio judeo-italiano Shmuel David Luzzatto escribe, en su simpático y profundo comentario a nuestro texto, que sus antecesores ya han descubierto al menos trece pecados diferentes en Moshé, por lo que él decidió dejar de meditar en el asunto, para no tener la posibilidad de encontrarle un error más a Moshé Rabeinu. Ya le han achacado demasiados.

Posiblemente Luzzatto intenta salvar el honor de nuestro Maestro, y quizás también criticar el excesivo esfuerzo puesto en encontrar supuestos pequeños errores de Moshé. Pero creo que hay algo más que busca transmitirnos: el empeño que debemos tener en mirar a nuestros semejantes con una mirada comprensiva. Si somos excesivamente meticulosos en juzgar la conducta ajena, no hay duda de que siempre podremos encontrar errores, ya que esa es nuestra naturaleza. Aun en Moshé, el único hombre que según Maimónides alcanzó el grado mayor
de la profecía, es posible hallarlos si revisamos su conducta “con lupa”.

La Torá ofrece dos versiones de la creación en los primeros capítulos de Bereshit (Génesis). En el primero, D’s es recordado por su nombre Elohim, que los sabios identifican con la cualidad de la justicia, midat ha-din. En el segundo se agrega el nombre Adonai, que remite a la misericordia divina, midat ha-rajamim. El Midrash (Pesikta Rabati 40) explica esta diferencia diciendo que, al principio, D’s creó el mundo con la intención de juzgarlo según el atributo puro de la justicia. Al darse cuenta de que así el mundo
no podría sostenerse, decidió añadir el atributo de la misericordia, lo que permitió mantener viva la creación. De aquí aprendemos que si D’s nos juzgara exclusivamente según nuestras acciones todos seríamos condenados, ya que la perfección no está a nuestro alcance. Aún los más justos deben luchar contra los celos, la envidia y la codicia.
D’s sencillamente no podría tolerarnos si su mirada fuera inmisericorde.

Nosotros también debemos poner en juego en nuestras vidas la capacidad de mostrar una mirada compasiva, como el sabio Luzzatto lo hizo con la conducta de Moshé. Quien no puede asumir una mirada piadosa difícilmente podrá aceptar al otro, a sus amigos, a su pareja, a sus semejantes. De hecho, quizás ni siquiera pueda tolerarse a sí mismo. Para construir nuestras relaciones sociales y afectivas debemos disponer siempre de una pizca de ternura y compasión.

¡Shabat Shalom!

Fuente: “Unión Judía de Congregaciones de Latinoamérica y el Caribe”, Koraj 5775, https://ujcl.org/Ujcl/?p=4354

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