Comunidad Bet Hilel

Vaiakhel – 5776

La descripción del santuario y su construcción ocupan un gran porcentaje del libro de éxodo. Y en esta sección de la Torá es cuando se concreta y pone en marcha el proyecto.

Llama la atención en el final de la sección anterior: ki Tisá, la mención del precepto para el cumplimiento del shabat, a continuación del mandato para la construcción del santuario. Y también al comienzo de parashat Vaiakhel:

«Moisés convocó a toda la congregación de los hijos de Israel y les dijo: Estas son las cosas que Adonai ha mandado que sean hechas: seis días se trabajará, mas el día séptimo os será santo, día de reposo para Adonai, cualquiera que en él hiciere trabajo alguno, morirá. No encenderéis fuego en ninguna de vuestras moradas en el día de reposo. Y habló Moisés a toda la congregación de los hijos de Israel….Todo sabio de corazón de entre vosotros vendrá y hará todas las cosas que Adonai ha mandado: el tabernáculo, su tienda, su cubierta, sus corchetes, sus tablas, sus barras, sus columnas y sus bases; el arca y sus varas, el propiciatorio, el velo de la tienda; la mesa y sus varas, y todos sus utensilios…» Éxodo 35: 1-10

El mensaje fue captado por los maestros de distintas generaciones, quienes nos enseñaron sobre la importancia del shabat y su cuidado.

Respetar shabat aún si estamos cargados de trabajo. O si nos presionan o nos persiguen para el cumplimiento de alguna tarea.

Ellos explicaron que la Torá en todos los casos antepone el cuidado del shabat a la construcción del Mishkán, para señalar la idea que ni siquiera la construcción de un lugar especial para el encuentro con Dios permite transgredir el shabat.

A pesar de ser una tarea sagrada la de construir casas de estudio y de culto, es el shabat el momento de cese y reposo.

Las labores prohibidas en shabat se aprenden de las realizadas para la construcción del santuario en el desierto. Y de este modo la prohibición de toda labor en shabat no se limita a la construcción del santuario, sino a la realización de dicha labor.

La tarea o labor prohibida es denominada «melajá» y no se debería entender como esfuerzo físico, sino como una acción que se realiza con la intención de crear una nueva existencia material.

Los trabajos tipos prohibidos son 39, entre ellos: cocinar, encender y apagar fuego, pintar, coser, cortar, escribir, construir, sembrar, cosechar, etc.

Tanto en relación a la realización del santuario como al shabat, se menciona la creatividad.

La capacidad de ser creativos es algo que Dios compartió con nosotros al crearnos. Nos privilegió con una aptitud especial, la de modificar lo creado.

Crear un santuario es buscar espiritualidad, pretendiendo acercarnos a Dios. Pero en shabat somos invitados a renunciar nuestro poder sobre el mundo, renunciando a crear, cesando la labor un día completo.

En shabat declaramos y damos testimonio que es Dios el que tiene el poder absoluto y real como Creador del mundo.

Shabat Shalom uMeboraj!

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