Comunidad Bet Hilel

Trumá – 5778

DAR ¿ES SÓLO DAR?

Por Rabino Dr. Fabián Zaidemberg

Parashat Truma Éxodo 25:1-27:19

Parashá Trumá nos va a relatar acerca de la construcción del Mishkán, tabernáculo portátil, que acompaña al Pueblo de Israel durante su travesía en el desierto. A su vez, nos narra detalladamente acerca de los ropajes que debían vestir los Cohanim, Sacerdotes, y los diferentes tipos de sacrificios que deberían ser llevados al Templo una vez que éste se construya.

Nuestra parashá comienza diciendo: “Dios le habló a Moshé diciendo: transmíteles a los israelitas que traigan una ofrenda, Terumá. Tomen una ofrenda para mí de todo aquel cuyo corazón lo motiva a entregarla” (Éxodo Cap. 25 Vers. 1 y 2). Es decir que para la construcción de Su santuario, Dios ordena dar. Tan simple como eso. Pareciera ser que todo empieza por dar.

Nuestra tradición nos enseña el valor de dar. No damos porque queremos; damos porque es una de las Mitzvot – Obligaciones más importantes y centrales. Lo hacemos porque fuimos creados a imagen y semejanza de ÉL, por lo tanto nuestro prójimo también posee la misma chispa divina, entonces brindarnos ayuda es lo justo. No importa cuánto tenga o carezca, la obligación de dar recae sobre todos, cada uno en la medida de sus posibilidades. Damos por justicia social, no por lástima. Damos porque nos conviene; nos conviene vivir en una sociedad más justa, sin excluidos. La conveniencia es mutua en una sociedad más educada y segura. Me conviene, te conviene.

Terumá, ofrenda, en hebreo proviene de la raíz ROM, enaltecer, subir. Pareciera ser entonces que ofrendar, dar, me enaltece. Me coloca más alto. Es decir me permite ver a los demás, a mí mismo como parte de ese todo desde otra perspectiva. ¿Desde cuál? ¿Por qué más elevada? Tal vez porque dar mejora mi humanidad. Porque dando nos asemejamos a Dios, dador de vida, de todo. Tal vez porque dar nos convierte en ejemplo para los demás y desde allí bregar por un mundo más justo.

¿Qué requisitos tengo que tener para dar? La Torá es explícita. Motivación del corazón. Un buen corazón. Nada más. Nada menos. Excusas tenemos todos y siempre válidas: después, ahora no es el momento, por qué yo, y tantas otras. Corazón tenemos todos el mismo.

“Háganme un santuario, y residiré en ellos” (Éxodo Cap. 25 Vers. 8). Debería decir …y residiré en él, no en ellos. Santuario es singular no plural. Pero está escrito residiré entre ellos. Una de las soluciones a esta falta de concordancia entre singular y plural refiere a que luego que construyan el santuario, Dios no va a estar en él sino en la vida de todos sus constructores.

Dando, permitimos a Dios, ingresar en nosotros. Dando, nos enaltecemos, elevamos. Actuamos a imagen y semejanza del dador de todo. Dando, nos hacemos responsables de nuestras vidas, comunidades. Dando, somos coprotagonistas junto al Actor protagónico.

Dar es Dar. Como dice nuestro el compositor. Quiera ÉL ayudarnos a entender tan breve y maravillosa palabra.

Fuente: “Un acercamiento al libro del ÉXODO | SHMOT – Reflexiones actuales desde el judaísmo y el cristianismo”, – 1a ed. – Ciudad Autónoma de Buenos Aires : SAB Libros, 2014. (pag. 27), http://www.buenosaires.gob.ar/sites/gcaba/files/libro_exodo.pdf

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