Comunidad Bet Hilel

Parashat Devarim

Devarim – Shabat Jazón
Por Rabino Rami Pavolotzky

Indagar el pasado y el presente, desear un futuro mejor
Este Shabat, en que se lee Parashat Devarim, recibe el nombre de Jazón, literalmente, “visión”. éste alude a la primera palabra de la Haftará especial que leeremos este sábado en la mañana, que narra la visión del profeta Isaías sobre una Jerusalén corrompida, presagiando la catástrofe que azotaría al pueblo judío unos 100 años después de muerto el profeta. Esta Haftará sirve como preparación espiritual para la conmemoración de Tishá be-Av, el nueve del mes hebreo de Av, día en que el pueblo judío recuerda algunas de sus tragedias más amargas, destacándose entre éstas la destrucción de los dos Templos de Jerusalén. En Tishá be-Av se acostumbra a leer el Libro de las Lamentaciones, que la tradición judía atribuye al profeta Jeremías. Este libro relata vívidamente las aciagas consecuencias de la destrucción del Primer Templo de Jerusalén.

Es llamativo que exista una palabra que liga a los tres textos aludidos más arriba, Parashat Devarim, Haftarat Jazón y Meguilat Eijá (Libro de las Lamentaciones). Esta palabra es Eijá, que es una forma poética en hebreo bíblico del vocablo Eij, que significa “¿cómo?”, “¿cómo pudo suceder?”, “¿cómo puede ser?”. Veamos entonces los tres lugares en que aparece esta curiosa palabra.

En Parashat Devarim, Moisés recuerda el duro trabajo que le significó lidiar con el pueblo de Israel en el desierto y dice: “¿Cómo (Eijá) he de sobrellevar yo solo vuestra molestia, vuestra carga y vuestra contienda?” (Deuteronomio 1:12). En la Haftará dice el profeta Isaías: “¿Cómo (Eijá) se ha tornado ramera la ciudad fiel?” (Isaías 1:21). En Lamentaciones dice el profeta Jeremías: “¿Cómo (Eijá) quedó solitaria la ciudad que estaba llena de gente?” (Lamentaciones 1:1).

Ahora bien, vale la pena ubicar cada uno de los tres versículos en su contexto histórico, ya que marcan tres momentos determinantes en la historia de Israel. La queja de Moshé, el primer Eijá, tiene lugar en el desierto, a las puertas de la conquista de la Tierra de Canaán. La amonestación de Isaías se da en momentos en que Israel habita desde hace siglos la Tierra Prometida pero, a los ojos del profeta, este pueblo ha fracasado en su misión de construir una sociedad justa, digna de los más altos valores éticos y morales. El lamento de Jeremías aparece cuando la destrucción es un hecho y la catástrofe se ha apoderado de Jerusalén y sus habitantes.

Fíjense ustedes que los tres versículos se relacionan con las diferentes etapas del proyecto de asentamiento del pueblo de Israel en su tierra: los problemas anteriores a la conquista, la desilusión ante la pérdida del rumbo y el trágico final. En cada uno de estos momentos, un líder destacado pudo reflexionar sobre su presente y exclamar “¿cómo puede ser que esto esté ocurriendo?”. Pareciera ser que, aún en los momentos más trágicos de nuestra historia, hay personas que se atreven a pensar seriamente sobre la realidad que les toca vivir.

No es casualidad que el Shabat anterior a Tishá Be-Av se nos invite a repasar la historia de nuestro pueblo, desde la óptica de tres de nuestros más grandes guías, cada uno de los cuales es testigo de un tiempo histórico diferente. El denominador común que encontramos en ellos es precisamente su capacidad de autocrítica, su claridad para no dejarse confundir por las mieles del éxito ni por el llanto del fracaso, su coraje para exclamar “¡Eijá!” a viva voz.

Uno de los mensajes más profundos que nos puede revelar el ayuno del nueve de Av es que debemos preguntarnos continuamente si estamos haciendo las cosas bien. Debemos indagar con pasión y expresar lo que nuestros ojos están viendo, no lo que nos gustaría que vieran. Tanto a nivel personal como social, se nos exige que desarrollemos un pensamiento crítico y que pongamos en práctica nuestra habilidad para reflexionar en profundidad, sin tapujos. Solo así podremos enderezar el timón y cambiar el rumbo. Es doloroso, es necesario.

Shabat Shalom!

Fuente: “Unión Judía de Congregaciones de Latinoamérica y el Caribe”, Devarim 5768 – Shabat Jazon, http://ujcl.org/Ujcl/?p=383

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