Por Rabina Judy Nowominski.
La presencia de los malajim- מלאכים ángeles o enviados de Dios, es notoria y recurrente en esta sección de la Torá.
Al comienzo de la parashá Iaakov sueña con una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo llegaba al cielo, y ángeles de Dios subían y descendían por ella.
“Salió, pues, Jacob de Beersheba, y fue a Harán. Y llegó a un cierto lugar, y durmió allí, porque ya el sol se había puesto; y tomó de las piedras de aquel paraje y puso a su cabecera, y se acostó en aquel lugar. Y soñó: y he aquí una escalera que estaba apoyada en tierra, y su extremo tocaba en el cielo; y he aquí ángeles de Dios que subían y descendían por ella”. Génesis 28: 10-12